Con un soplete de cocinero, asar los pimientos largos dulces y el otro pimiento hasta que queden negros por fuera. Sacar la piel con un cuchillo. Enjuagar y secar bien.
Introducir en una bolsa de vacío o en un tarro para conservas. Llevar a ebullición el resto de ingredientes y verter encima de los pimientos. Dejar en la nevera durante un día como mínimo.
Reservar un pimiento largo dulce para decorar. Triturar con una batidora el resto de los pimientos, incluido el pimiento verde, hasta obtener una pasta suave. Mezclar con el puré de fresas.