Cremas y cremosos: el toque de sabor perfecto

¿Ha probado alguna vez esa textura de ensueño en una mousse o ganache? Casi tan suave como una nube, una crème o un crémeux añade un toque final perfecto a sus creaciones. Estas deliciosas preparaciones crean acentos sorprendentes, ofrecen a los consumidores sabores inesperados y dan un toque especial a todo su surtido gracias a su textura. En este artículo, te ofrecemos consejos e inspiración para elaborar y utilizar deliciosas cremas y cremosos suaves. Pero, ¿cuál es exactamente la diferencia entre ambas?

Cremas y cremosos: el toque de sabor perfecto

Crema

Una buena y sabrosa crema es quizás la forma más elegante de añadir armoniosamente una capa de acento de fruta o frutos secos a una mousse. La mantequilla de la crema crea una textura deliciosa y aterciopelada en la boca. A temperatura ambiente, la crema es ligera y aireada, pero también se puede untar y utilizar con manga pastelera. La crema tiene un sabor intenso, una textura suave y se funde rápida y completamente en la boca. La clave para preparar una buena crema es incorporar suficiente aire a una mezcla de grasa, azúcar y líquido. 

Cremoso

En términos de textura, un cremoso es más una combinación de mousse y ganache que una crema propiamente dicha. Un cremoso es menos aireado que una crema y tiene una textura excepcionalmente suave y cremosa. Tanto la crema como el cremoso ofrecen infinitas posibilidades de sabor: de lo clásico a lo exótico, de lo afrutado a lo picante. Puedes utilizarlos como relleno de praliné, en el interior de una tarta o como decoración. 

Aromas

Con las natas Debic, siempre estables, como base de tu crema o cremoso, dispondrás de una amplia gama de aromas. Piensa en clásicos como el chocolate, la vainilla o la moca. Con Debic Nata Plus Firmeza y Rendimiento, puedes preparar esta deliciosa crema de café. Puedes utilizar fruta para añadir un toque de frescura y un bocado extra. Añade trocitos de fruta a la mezcla de nata o prueba con un puré de fruta para conseguir un sabor aún más intenso. Para evitar que se cuaje, asegúrate de reducir primero el zumo de fruta. Después, puedes utilizar el líquido concentrado para aromatizar tus rellenos de nata sin perder ni un ápice de textura. Utiliza Debic Nata Plus Firmeza y Rendimiento para preparar este cemoso fresco de grosella negra. Las pastas de frutos secos también pueden incorporarse fácilmente a una mezcla de nata. El intenso sabor de los frutos secos, tostados o no, combina bien con el chocolate o la fruta y acentúa la cremosidad de tu crema o cremoso. Por último, también se pueden utilizar hierbas, especias o alcohol para crear sabores perfectos. Con ellos podrás dar un toque refinado a todas tus creaciones. 

Técnicas: mezclar y emulsionar

Puedes utilizar varias técnicas para hacer una crema o un cremoso perfecto con los diferentes tipos de natas que ofrece Debic. La forma más fácil de dar sabor a un relleno es mezclar un aromatizante. Dependiendo del ingrediente concreto, hay que tener en cuenta la temperatura y el contenido de humedad, ya que una mezcla de nata puede cuajar. Los líquidos grasos, como la nata, no siempre se mezclan fácilmente con líquidos acuosos. Para obtener una masa homogénea, puedes emulsionar los ingredientes con una batidora de mano. 

Técnicas: infusión fría y caliente

Para aromatizar la crema o el cremoso, también puedes optar por la infusión. Aromatizantes como la hierba limón o hierbas finamente molidas pueden añadirse simplemente a la nata líquida fría. Es lo que llamamos la técnica en frío. Tras unas horas de infusión, puedes colar y montar la nata, si es necesario. La ralladura de cítricos como el limón, la lima, la lima kaffir y el pomelo también combinan bien con la nata. Necesitarás de dos a tres frutas por litro. También existe una técnica caliente para la infusión. Con especias y hierbas leñosas como el anís estrellado, la vainilla, la canela, el regaliz o el clavo, puedes crear una deliciosa infusión de nata utilizando esta técnica caliente. Calienta una pequeña porción (10-15%) de la nata líquida a 65-70°C junto con las especias o hierbas. Deja que infusione durante una hora y, a continuación, añade el resto de la nata fría. Cerrar herméticamente la mezcla y dejarla reposar en el frigorífico durante al menos 12 horas. Colar la nata infusionada antes de montarla.

Variación

Otro consejo: las hierbas finamente picadas o molidas son estupendas para las infusiones frías. Pero si utilizas la técnica en caliente, se liberarán más aromas. Variando regularmente las texturas, los sabores y los colores de su surtido, añadirás una dimensión suplementaria a cada una de tus creaciones. Así que ¡dale rienda suelta a tu creatividad!

Todo empieza con nata

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